Hoy voy a escribir de algo que no tiene nada que ver con lo que escribo habitualmente, pero que me apetece mucho contar.
Hace unos días volví a escuchar los viejos temas de Los tres Carino y me puse a rebuscar fotos y demás recuerdos de este grupo musical de los ´50 - ´60.
Los tres Carino lo componían tres hermanos oscenses, Carmen, Joaquín y Ricardo o lo que es lo mismo, mi padre y mis tíos.
Según dicen los críticos de la época fueron los precursores del pop en nuestro país, aunque prácticamente toda su carrera musical la desarrollaron fuera de nuestras fronteras.
De la mano de compositores de la talla de Augusto Algueró, recientemente fallecido, o Pedro Iturralde, estos músicos aragoneses hicieron famosas algunas de las mejores canciones de su época en países tan remotos entonces como Irán, Irak, Turquía, Jordania, etc. Incluso se atrevieron a interpretar canciones autóctonas de aquellos países.
Me encanta sentarme a charlar con mi padre sobre aquella época y escuchar las mil anécdotas que vivieron viajando por medio mundo con sus guitarras a cuestas.
Comenzaron actuando en fiestas de pueblo y acabaron cantando ante personajes de la talla del rey Hussein de Jordania o el sha Reza Pahlevi y Farah Diba, incluso llegaron a conocer a los entonces príncipes de España Juan Carlos y Sofía.
Todo empezó cuando en la vieja casa familiar, allá en Huesca, apareció una guitarra en el desván. Ni siquiera tenía todas las cuerdas. Pues con aquel instrumento empezó mi tío Ricardo a aprender los primeros acordes para luego enseñárselos a mi padre. Al poco tiempo se les unió mi tía Carmen, interpretando con su magnífica voz los temas que sus dos hermanos rasgueaban con las guitarras.
Una vez consolidados como grupo musical, tomaron la decisión de marchar a Madrid, donde se ubicaban las principales salas de fiestas y sobre todo y más importante, las principales compañías discográficas.
Enseguida se hacen un hueco en el panorama musical madrileño y son contratados para actuar en salas como Pasapoga o Villa Rosa, muy de moda en la época. Sus actuaciones se hacen eco en los principales diarios y son fichados por la discográfica Philips para grabar sus primeros discos.
En los estudios de grabación coinciden con un chaval andaluz que acababa de llegar a Madrid, un tal Mike River que más tarde se haría famoso con canciones como Bienvenidos o El Blues de la Soledad , pero ya con su nombre de bautismo: Miguel Ríos.
Con un par de discos en cartera deciden, a instancias de su manager, dar el salto y salir al extranjero a trabajar con contratos que en España era difícil conseguir.
Actúan durante meses en Grecia, Turquía, Siria, Irak. Luego regresan a España y son contratados, ya como artistas internacionales, para actuar en su ciudad natal donde son recibidos de forma apoteósica dada la fama que ostentan. De Huesca regresan a Madrid donde ya se establecen junto a la familia, aunque poco tiempo porque vuelven a ser contratados para actuar en el extranjero: Líbano, Irán y finalmente Jordania.
En Jordania actúan varias veces en el palacio real a petición del mismísimo rey Hussein con el que traban una buena amistad. Renuevan varias veces el contrato jordano y van demorando el regreso a España. Finalmente toman la decisión de establecerse en el país Hachemita, dejando la música de manera profesional y dedicándose a los negocios.
En esa época, concretamente en el año sesenta y siete fue cuando me uní a la troupe Carino, pues a los dos años de establecerse allí nací yo, un veintinueve de abril, mientras la aviación israelí bombardeaba la capital jordana.
Para el recuerdo quedan inolvidables canciones que formaron la banda sonora de mi infancia y que aún hoy disfruto escuchando.